“No pensamos en cambiar camisetas con Messi, tenemos una camiseta que defender y vamos a dejar todo para ganar”, habían sido las palabras de Godoy, mediocampista de Nashville, en la previa. Y así fue. El comienzo de la final de la Leagues Cup entre Nashville e Inter Miami fue de alto voltaje, de pierna fuerte y con una misión clara del local: presionar y molestar a Messi para reducirlo al máximo.
En los primeros 20 minutos, Messi se vio desconectado justamente por esto, sin embargo, el argentino respondió a su forma, mostrando que no es de este planeta, que salió de otro lugar. Al minuto 22, Taylor escapó por izquierda, tocó para la derecha y Messi tomó el balón, se perfiló, eludió un rival y ejecutó un zurdazo perfecto al ángulo.
Un gol épico, tremendo, para calmar a un equipo que salió a comerlo vivo. El disparó ingresó literalmente al ángulo, siendo inatajable para el arquero rival. Messi acumula 10 goles en siete partidos de la Leagues Cup y es el goleador del torneo. Luego del gol, Nashville asimiló el golpe de haber hecho todo para contener a Messi y tener como resultado, un golazo del argentino.