No es la primera vez que se jacta de criticar a Ronaldo Nazario y en esta entrevista con Dello Sport de Trento, Fabio Capello se colgó la medalla de haber echado al brasileño del Real Madrid. El entrenador italiano explicó que estaba cansado de los problemas que traía y decidió despedirlo, pero para fichar a Antonio Cassano, que terminó siendo diez veces más problemático que el Fenómeno. Si bien Capello da su explicación, realmente resulta indefendible sacar a Ronaldo Nazario para fichar a Cassano.

“Ser entrenador del Real Madrid es una gran responsabilidad. En mi segundo período, la decisión de despedir a Ronaldo y fichar a Cassano ayudó a crear un espíritu ganador en el equipo. Le recuperamos nueve puntos al Barcelona en la recta final de diez partidos y todavía estoy orgulloso de eso hoy”, explicó Capello.

No solo lo echó del Real Madrid sino que también, se negó a tenerlo en el AC Milan: "Recuerdo que Silvio Berlusconi me llamó para preguntarme cómo estaba Ronaldo. Le expliqué que ni siquiera se entrenaba y que le gustaban mucho las fiestas y las mujeres, por lo que contratarlo para el AC Milan sería un error. Al día siguiente vi los titulares de los periódicos que Ronaldo ya estaba fichado por el club".

"Ningún jugador en particular me ha faltado al respeto. Por supuesto que podíamos hablar y discutir, pero yo no habría aceptado otros comportamientos. No soy sargento de hierro, lamento que me hayan puesto esta etiqueta", continuó Capello en su historia con el brasileño.

Hace unos años, Capello ya había dado revelaciones de lo que le tocó vivir con Ronaldo Nazario y el brasileño no había estado muy a gusto con esas palabras: "Ronaldo Nazario es el talento más grande que entrené y a la vez fue el que más problemas me creó en el vestuario. Hacía fiestas, cualquier cosa, el vestuario olía a alcohol. Cuando se fue del Real Madrid, nosotros empezamos a ganar".

El cambio por Cassano no fue el mejor ya que el italiano duró un par de temporadas, tuvo sobrepeso, problemas con el alcohol y exceso de mujeres, al punto de confesar: "Al llegar Capello hice dos goles en dos partidos y me sentía el rey del mundo. Me sustituyó en el primer tiempo ante el Lyon, me peleé con él en Jerez y me sacó del equipo. En siete meses gané 14 kilos, comí la Nutella directamente desde el bote, a cucharadas, y todo me daba igual. Daba asco".