Manchester City sigue festejando la obtención de la Champions League contra el Inter de Milan. Las celebraciones comenzaron el sábado en Estambul y terminaron hoy en una recorrida por la ciudad de Manchester con los tres trofeos logrados en la temporada. Sin embargo, hubo una situación que fue tomada en tono de broma, pero que mucho no gustó en la interna del club y tiene a Jack Grealish como protagonista.

Desde que terminó el partido contra Inter hasta 72 horas después, Jack Grealish estuvo bebiendo alcohol de una forma descontrolada y asistió a tres fiestas en menos de dos días. Apenas finalizó la final, Manchester City viajó a Inglaterra para celebrar y luego de ello tuvieron día libre. No obstante, Grealish se tomó un avión y se fue directo a Ibiza. Allí dejó una imagen que recorrió el mundo porque de tanto alcohol que bebió, Kyle Walker tuvo que ayudar a Grealish.

El mediocampista que costó 117 millones de euros al City tuvo que ser sacado del hotel por Walker porque no podía caminar y hasta le ofrecieron una silla de ruedas para andar en el aeropuerto, algo que finalmente no se quiso. Ya en martes, Grealish se mostró alcoholizado en los festejos por la ciudad de Manchester, mientras el resto de sus compañeros estaba un poco más tranquilo, disfrutando de la gente.

Grealish terminó sin remera, bañado en alcohol y totalmente descontrolado en el bus descapotable del Manchester City. Si bien los festejos tapan todo, a los altos mandos no les gustó esa imagen, sabiendo que está siendo observado por todos. Lógicamente ninguna voz oficial habló de esto pero los medios británicos ya deslizan algún que otro fastidio con Grealish.