Juventus e Inter de Milan empataron 1-1 en un partido discreto pero con un final de alto voltaje. El marcador lo abrió Juan Guillermo Cuadrado a los 83 minutos y lo empató Romelu Lukaku, con un gol de penal a los 94 minutos. Precisamente el festejo de Lukaku fue el que desató el problema y el escándalo en el partido. Según Lukaku, antes del penal, los hinchas de Juventus le gritaron insultos racistas y por eso decidió gritarles el gol cara a cara.
Esa celebración indignó a los jugadores de la Juventus y Lukaku se fue expulsado. El clima quedó caliente y tras el pitido final, Handanovic fue a hablar con Cuadrado, que quiso pelearse con Lukaku. El arquero del Inter se acercó al colombiano, le reprochó algunas cosas, pero nunca pensó que Cuadrado iba a responder pegándole un trompazo en el rostro.
Ese golpe sacó de quicio a Handanovic, que tuvieron que llevárselo antes de terminar peor. Tanto Cuadrado como Handanovic fueron expulsados y se perderán la revancha, en Giuseppe Meazza, el próximo 26 de abril.