El Liverpool se autodestruyó en cuestión de minutos. Pasó de ganar 2-0 y controlar todo el partido a verse 2-2 en un suspiro. El protagonista de esto fue ni más ni menos que Vinicius, que primero marcó un golazo y luego llevó a Alisson a cometer un error que no estaba en los planes de ningún hincha de Liverpool.
Iban 36 minutos cuando Alisson quiso salir jugando y le terminó pegando encima a VInicius. El balón salió disparado para arriba y terminó metiéndose en el arco de Liverpool. Vinicius lo gritó con todo porque terminó de silenciar el estadio Anfield, que hasta el 2-0 era un hervidero.
Para Liverpool, este segundo gol fue un golpazo tremendo porque al salir a jugar el complemento, Real Madrid terminó de sentenciar el duelo y posiblemente la serie.