Fue la gran apuesta de Louis Van Gaal en el momento más crítico de Holanda. Argentina ganaba 2-0 cuando decidió mandar al campo de juego a Wout Weghorst, centrodelantero de Holanda, 30 años y compenetrado por completo en empatar el partido a falta de 20 minutos para el final. Lo logró. En 15 minutos marcó dos golazos y llevó todo a la prórroga. No obstante, también pasó a ser el enemigo número uno del equipo argentino, que lo vio crecer en el partido, empezar a hablarle al árbitro, pelearse con futbolistas argentinos y llevarse todo puesto.

Tras el partido, Weghorst quiso saludar a Messi, pero mientras daba una entrevista en directo, el argentino fue categórico: "Qué miras bobo, qué miras, andá para allá, anda bobo". La imagen quedará en el recuerdo porque jamás se vio un Messi así. Con Holanda eliminada, Weghorst intentó explicar lo sucedido: "Quería echarle la mano después de un partido de fútbol, pero no quiso hablar conmigo. Mi español no es bueno, pero no tuvieron palabras respetuosas, me trataron mal. Fue realmente decepcionante".

Por su parte, Messi también explicó su reacción: "El 19 (Weghorst), desde que entró al partido fue a provocarnos, a chocarnos, a decirnos cosas. Y eso no es parte del fútbol, yo siempre respeto a todo el mundo, pero me gusta que me respeten también a mí. La calentura del momento, del partido, de la situación, queda ahí obviamente, pero no me gusta que hablen antes del partido".

En lo que respecta al partido, Weghorst explicó: “Este era el sueño de todo el equipo, tuvimos un gran partido pero se terminó. A Messi le tengo mucho respeto, pero le quise dar la mano y me tiró a un costado. Luego me insultó y fue decepcionante de su parte”.