En una final infartante e histórica, Los Ángeles FC se consagraron campeones de la MLS. En los noventa minutos reglamentarios, LAFC y Philadelphia empataron 2-2, por lo que tuvieron que ir al tiempo suplementario: dos tiempos de quince minutos. Ya en esa parte del encuentro, al minuto 120, el árbitro decide agregar ocho minutos más. Al minuto 124, Elliot marcó el 3-2 para Philadelphia y todo hacía pensar que la final estaba definida pero en el campo estaba Gareth Bale.
No obstante, a los 128 minutos, Gareth Bale apareció en toda su dimensión. El ex Real Madrid marcó un golazo de cabeza tras un centro desde la izquierda y estampó el 3-3 que sería definitivo y llevaría a la final a los penales. En esa definición, LAFC fue más efectivo y terminó llevándose el título de la MLS.
Bale había comenzado como suplente y entró cuando el partido estaba en su momento más caliente. Con este gol, Bale suma otro tanto decisivo en una final, recordando que marcó dos veces en final de Champions League contra Real Madrid. Para LAFC es el primer título de MLS y rompe con la sequía: quien más títulos tiene es su clásico rival, Los Ángeles Galaxy con cinco trofeos.