Siete años, muchos momentos vividos, un sentimiento que se hizo profundo, pero un final abrupto, doloroso y que no estaba en los planes. "Es difícil encontrar las palabras adecuadas para saludarlos, son tantos años y tantas emociones de por medio, todo junto. Pensé que estaríamos juntos aún más años, pero el destino nos pone en caminos diferentes. Nunca olvidaré todo lo que me hiciste vivir, cada partido, cada gol. Contigo crecí, aprendí, viví y soñé. Han sido 7 años de magia, 12 trofeos y 115 goles que nadie nos quitará. Nunca. Gracias por apoyarme en momentos difíciles", fue la frase de Dybala para anunciar su adiós a la Juventus.
Pero las palabras mueren con los hechos y tras empatar 2-2 contra Lazio, Dybala se despidió de toda la gente de la Juventus de la forma que pudo y que le permitió su corazón. Dybala se largó a llorar de forma incontrolable, a punto tal que Leo Bonucci tuvo que hablarle al momento de saludar a la hinchada.
El argentino fue relacionado al Atlético de Madrid, al PSG, al Inter de Milan, pero su salida de Juventus deja una marca difícil de borrar. Las diferencias con la directiva pudieron más y quizás ahí nace el llanto de Dybala: su partida es algo que él no quiere y hoy quedó demostrado. Su futuro es una incógnita.