Manchester City había logrado estirar la ventaja contra el Real Madrid con un golazo de Phil Foden. El estadio se venía abajo y la gente quería otro gol. Sin embargo, el Real Madrid mostró toda su estirpe, su mística y en un suspiro, calmó todo por un golazo de Vinicius.
Y el primero que sabía todo lo que iba a pasar fue Pep Guardiola. El entrenador español vio desde su banco de suplentes como Vinicius rompió a Fernandinho con un caño notable sin tocar el balón y comenzó una carrera tremenda hasta terminar frente a Ederson y firmar el descuento 3-2.
Guardiola vio ese caño, se tomó la cabeza, se arrodilló y vio como el 20 del Real Madrid definía. Intentó descargar su enojo con una protesta intrascendente pero el gol de Vinicius ya estaba firmado y el primero que lo vio venir fue él.