Paris Saint Germain se quedó con una victoria ajustada por 1-0 ante el Rennes por la fecha 24 de la Ligue 1, pero dejó conformes a los hinchas en el Parque de los Príncipes.
La magia de Lionel Messi y Kylian Mbappé destrabó uno de los peores partidos de la temporada en la previa a lo que será el duelo de ida ante Real Madrid por los octavos de Champions.
La frustración de lo que vieron dentro del campo fue tan grande para los simpatizantes que al término de la primera mitad se lo hicieron sentir a los jugadores y cuerpo técnico.
Cuando sonó el silbato del árbitro, una lluvia de silbidos y abucheos llegó desde cada rincón del estadio para generar un momento tenso.
Si bien la victoria se dio, las dudas en el sistema de juego más allá de alguna genialidad de sus estrellas hace que el club se replanteé el futuro del proyecto deportivo.