En la Copa África puede pasar cualquier cosa, literalmente. Y el ejemplo que quizá mejor explique esto es lo sucedido en el partido que Mali le ganaba 1-0 a Túnez. El árbitro del encuentro, con énfasis y hasta cierto fastidio, decidió terminar el partido al minuto 85, cuando Túnez buscaba el empate.
A pesar del reclamo de todos los futbolistas y cuerpo técnico, el árbitro mandó a todos al vestuario. Luego de unos minutos, el árbitro recapacitó de su error e hizo volver a todos los futbolistas para jugar los minutos que quedaban.
Al volver, el árbitro expulsó un futbolista de Mali al minuto 88 y volvió a caer en el mismo error porque terminó el partido al minuto 89. Todo Túnez explotó de bronca por el tiempo que restaba. En el partido hubo seis cambios, una expulsión, y varias faltas por lo que debía adicionar varios minutos. El árbitro se tuvo que ir con custodia del campo de juego. Cuando quiso volver a jugar el tiempo añadido, Túnez se negó a salir a jugar y se le dio por ganado el partido a Mali. Caos total.