Lee Seung-Woo era posiblemente, la máxima promesa del FC Barcelona en los últimos años. El mediocampista coreano tenía rasgos futbolísticos parecidos a lo del argentino y en La Masía aseguraban que iba a ser el heredero. El club llegó a blindarlo económicamente para evitar su adiós pero poco a poco, su nivel fue decayendo.

La prueba de fuego fue Rusia 2018, donde fue citado por la Selección de Corea. Luego de ello, FC Barcelona lo cedió a préstamo al Verona y luego fue traspasado, soltándolo por completo y perdiendo las esperanzas en verlo triunfar con el club. Ya en Italia se le fue perdiendo el rastro, sobre todo cuando el Verona descendió. Acabó en Bélgica, en el modesto Saint-Truden.

La situación de Seung-Woo empeoró. El mediocampista fue cedido al Portimonense de Portugal por no tener lugar en el equipo. Y al volver, el panorama no cambió ni un milímetro. Ni un minuto ha disputado hasta que esta semana el club y el jugador han decidido la rescisión de su contrato, pese a sus 23 años. En dos temporadas, ha dejado un pobre bagaje de 17 partidos jugados y 2 goles anotados.

El rótulo de ser el nuevo Messi quedó lejos y ahora las expectativas sobre su carrera van decreciendo a pasos agigantados, a punto tal que se habla de un regreso al fútbol coreano.